Tortura en la Edad Media: La Doncella de Hierro -por Ifrit Morador Nocturno-
La Edad
Media no fue un buen período para vivir. La mayoría de las personas eran
pobres, y sufrían de enfermedades y por si fuera poco, la libertad era
propiedad de terratenientes adinerados. Si alguien cometía un delito y no podía
darse el lujo de pagar una multa, podía perder las manos, sus hombros ser
dislocados o cortadas sus lenguas e incluso los labios.
La
tortura no era tan común como muchos piensan, pero si las autoridades querían
que una persona confesara algo, la situación se hacia “necesaria”. La Edad
Media fue la edad de oro de los dispositivos y técnicas de tortura para
infligir dolor horrible hasta culminar con la muerte. Los dispositivos
utilizados eran verdaderamente alarmantes para la vista. Debido a las
características de la época no se investigaban los crímenes; de manera que
bastaba con un acusador y un acusado. Lamentablemente, siempre tenían las de
ganar los más ricos o poderosos, a los cuales se daba mayor credibilidad que a
los pobres.
¿Qué es
la herejía? La herejía es según la Iglesia, un crimen divino que consiste en
la negación o en la adhesión a una secta con doctrinas condenadas como
contrarias a la fe.
La
tortura es el acto de causar daño físico o psicológico intencionadamente con el
fin de obtener una confesión o información de la víctima o de una tercera
persona, como venganza por un hecho cometido por la víctima o por una tercera
persona, o meramente para el entretenimiento del torturador.
Existían
diferentes métodos de tortura. Solo por mencionar algunos:
EL POTRO: La víctima era atada a los extremos y
después se tiraba de las cuerdas hasta que los miembros se descoyuntaban.
EL APLASTACABEZAS: Destinado a comprimir y
reventar los huesos del cráneo. La barbilla de la víctima se colocaba en la
barra inferior, y el casquete era empujado hacia abajo por el tornillo.
LA CUNA DE JUDAS: El
reo era atado e izado y una vez estaba elevado se le soltaba dejándolo caer
sobre una pirámide haciendo que, con su propio peso, se clavara la punta de la
misma en el ano, la vagina, el escroto, etc. Esta maniobra se realizaba varias
veces.
Por
otra parte, la historia de la tortura registra muchos
instrumentos con forma de sarcófago antropomorfo, con dos puertas y clavos en
su interior que penetraban, al cerrar las puertas, en el cuerpo de la víctima.
El ejemplo más conocido ha sido siempre la llamada “DONCELLA DE HIERRO” (Eiserne
Jungfrau) del castillo de Nuremberg.
La doncella de hierro fue un instrumento
supuestamente utilizado para la tortura y ejecución. Posiblemente la primera
doncella de hierro fue construida en Núremberg, Alemania. Al parecer, la
primera persona ejecutada por este medio fue un falsificador de monedas el 14
de agosto de 1515, según afirmó Johann Philipp Siebenkees en 1793, aunque la
veracidad de este hecho se halla en entredicho.
La doncella de hierro de Núremberg fue en realidad
construida en el siglo XIX como resultado de una mala interpretación del Schandmanter (capa de la infamia). Se
trataba de un dispositivo hecho de madera y latón pero sin pinchos, que no
dañaba el cuerpo y que era utilizada como castigo público para cazadores
furtivos y prostitutas, que tenían que llevarlo en público cierto tiempo.
Sin embargo, en el siglo XVII se contaba y todavía
se cuenta que Erzsébet Báthory utilizó la doncella de hierro contra sus
doncellas para obtener así más sangre de sus víctimas para conseguir la eterna
juventud.
La doncella de hierro aparece en la literatura
romántica y a partir de ahí se populariza. Por ejemplo, Bram Stoker
escribió una historia corta sobre la doncella de hierro llamada The Iron Maiden (1893).
Es necesario mencionar que su uso como dispositivo
de tortura en cumplimiento de sentencias judiciales en la Edad Media es
probablemente falso. Si se utilizó, fue a partir del siglo XIX con fines macabros.
La Doncella de Hierro consistía en un ataúd con
exquisita artesanía por fuera y por dentro. Por fuera por la gran cantidad de
grabados y relieves que adornaban su superficie; por dentro, por la
espectacular colección de pinchos, dirigidos a puntos concretos del cuerpo, que
se iban clavando lentamente sobre el inquilino, a medida que se cerraba la
puerta.
En el exterior la doncella de hierro de Nüremberg
era antropomórfica, con una cara que se podría reconocer como María la madre de
Jesús y un cuerpo formado por dos puertas que lo asemejaban a un ataúd. Medía
más de dos metros de alto y casi uno de ancho, por lo que era suficientemente
grande para contener a un hombre plenamente desarrollado.
El prisionero condenado tenía que pasar a través
de siete salas con siete candados antes de su prevista ejecución. Al final de
un largo pasillo se encontraba la cara de una especie de guardarropa de hierro.
Por fuera, la doncella parecía inofensiva y nada peligrosa, pero en su interior
había unos clavos ocultos de hierro cuyo fin no era matar rápido, sino torturar
despacio. El objetivo último de este artilugio en general era empalar a la
víctima e infligirle un gran dolor y castigo.
Los Clavos. Lo que más llama la atención es la
presencia de docenas de clavos punzantes y oxidados. Estaban diseñados para
ensartarse en la víctima esquivando los órganos vitales en cuanto la doble
puerta se cerrase. Esto permitía que la persona siguiese viva y en posición
vertical. Además, había un clavo no movible que estaba en la posición del pene
para infligir más daño. El hombre condenado estaba sujeto en un espacio
extremadamente pequeño para maximizar su nivel de sufrimiento.
Otra característica secundaria pero importante era
que las puertas de hierro podían ser abiertas independientemente. Esto era útil
para comprobar que la víctima estaba teniendo un sufrimiento suficiente y negar
el riesgo de posibles escapes.
Las puertas de la doncella de hierro tenían un
grosor considerable. Al parecer fueron especialmente concebidas para asegurarse
de que los gritos de dolor del condenado no pudieran ser escuchados mientras
ambas puertas estuviesen cerradas.
Las puertas eran cerradas lentamente para que las
puntas de los clavos pudiesen penetrar en los brazos y piernas del hombre en
varios puntos, además de otras muchas partes de su cuerpo como pueden ser el
pecho, los hombros o los ojos, pero sin llegar a matarlo directamente; aunque
esto le causaba un gran dolor durante un par de días hasta que finalmente
moría.
Aunque esto no ha podido ser probado, expertos
historiadores afirman que los clavos en la parte interior a la puerta eran
movibles. Se dice que podían ser recolocados o cambiados de sitio dependiendo
de lo que se necesitase para el individuo en cuestión, dependiendo de su
fisionomía y del crimen realizado. De esta manera, el resultado global sería
más o menos letal y mutilante dependiendo de donde se colocasen los clavos. Si
durante el tiempo en el que la víctima permanecía en el interior no moría, al
momento de abrir la puerta sufría desangramiento y fallecía unos segundos
después.
Cabe aclarar que se duda del uso de las doncellas
de hierro en procesos judiciales o ejecuciones; ya que se hicieron réplicas de
la doncella de hierro de Núremberg, y, al parecer todas ellas fueron usadas con
fines macabros. La doncella de hierro del castillo de Núremberg fue destruida
en 1944 como consecuencia de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial.
Como datos adicionales están la Banda de Heavy
Metal, (Iron Maiden), utilizara este
nombre en su banda, también se hace referencia en el anime y manga Shaman King
donde de igual manera explican el uso del artefacto y para que se utilizaba.
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