Como sabemos, a lo largo de la historia han existido diversos alquimistas que, de una u otra forma, han contribuido al desarrollo de ciencias que en algún momento, tal es el caso de Theophrastus Bombast von Hohenheim, mejor conocido como Paracelso.
Paracelso fue un famoso astrologo, medico y alquimista suizo, el cual se decía había logrado la transmutación del plomo en oro mediante la alquimia, se sabe que Theophrastus eligió el nombre de Paracelso en referencia a Celso, un medico romano del siglo I, pero para diferenciarse de este usa el termino “Para” que significa “superior a”, quedando su apodo como “superior a Celso”
Hasta donde se sabe, Theophrastus nació y fue criado en Einsiedeln (Suiza), hijo del médico y alquimista suabo Wilhelm Bombast von Hohenheim y de madre suiza.
Comenzó sus estudios a los 16 años en la Universidad de Basilea, y más tarde en Viena. Se doctoró en la Universidad de Ferrara, se sabe que era un hombre sabio, bastante arrogante y algo déspota, gano muchos enemigos dado que no estaba de acuerdo con las ideas que tenían los médicos de la época en cuanto a cirugía, la cual era una actividad encargada a los barberos.
Sus investigaciones se volcaron sobre todo en el campo de la mineralogía. Viajó bastante, en busca del conocimiento de la alquimia. Produjo remedios o medicamentos con la ayuda de los minerales para destinarlos a la lucha del cuerpo contra la enfermedad. Otro aporte a la medicina moderna fue la introducción del término sinovial; de allí el líquido sinovial, que lubrica las articulaciones. Además estudió y descubrió las características de muchas enfermedades (sífilis y bocio entre otras), y para combatirlas se sirvió del azufre y el mercurio. Fue además el primero en identificar una enfermedad producida por el trabajo.
Uno de los principios de Paracelso fue: "Únicamente un hombre virtuoso puede ser buen médico", según Paracelso, la medicina debería tener cuatro pilares en los cuales basarse:
- astronomía
- ciencias naturales
- química
- el amor
Polémico, sabio, arrogante y lleno de muchos enemigos, se autoproclamaba mago; se le atribuye el que se hiciera popular la idea de los cuatro elementos (tierra, fuego, aire y agua), haciendo una gran categorización de criaturas míticas de la época: la tierra pertenecería a los gnomos, el agua a las nereidas (ninfas acuáticas), el aire a los silfos (espíritus del viento) y el fuego a las salamandras (hadas de fuego).
Del mismo modo, se le atribuye el usar el conocimiento de los cuatro sabores fundamentales y su relación con el temperamento, sabores de los que hablaba Galeno: carácter dulce (tranquilo, flemático), amargo (colérico), salado (sanguíneo, dicharachero) y el carácter ácido pertenecería al temperamento melancólico.
Dentro de sus tratados, un texto muy peculiar de Paracelso es aquel donde habla sobre los Homúnculos, es decir, pequeños seres humanos hechos artificialmente por medio de la alquimia, según se dice, el mismo Paracelso afirmaba haber creado uno.
Según dice el propio Paracelso, “En un recipiente hermético se introduce esperma humano, luego se entierra durante 40 días en excremento de caballo, después se imanta y finalmente se alimenta con sangre humana. El resultado es un ser humano totalmente funcional. Puede criarse y educarse como cualquier otro niños hasta que crezca y sea capaz de valerse por si mismo”.
Muchos de sus contemporáneos le acusaron de creerse Dios y poco tiempo después declaró que, arrepentido por lo que hizo, acabó con el ser viviente que él mismo se jactó de crear ya que éste no tenía alma al no haber sido creado por Dios.
Años después Paracelso murió. Su funeral está plagado de leyendas más que de verdades y su muerte pudo ser el detonante de la desaparición de la alquimia. Sin embargo aun en la actualidad es considerado uno de los mejores médicos de la Historia.
Te compartimos la segunda parte del libro de Paracelso “el concepto de elemento en el Liber Paramirum” que puedes descargar gratuitamente AQUI
