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LA LEYENDA DE DAKUWAQA

Un poderoso defensor de Kadavu es Dakuwaqa

El Dakuwaqa, el dios Tiburón

Dentro de la República de Fiyí, un país insular de Oceanía en el océano Pacífico localizada cerca de Australia, Nueva Zelanda, Papúa Nueva Guinea, Nueva Caledonia, Samoa, Tuvalu e Islas Salomón, se cree en un Dios Tiburon llamado Dakuwaqa.

Ubicación de la República de Fiyí (Fiji)

Dakuwaqa es una criatura mitica muy respetada por los pescadores, ya que los protegía de cualquier peligro en el mar

El feroz monstruo de mar, Dakuwaqa, era el temerario y celoso guardián de los arrecifes de las islas. Con frecuencia adoptaba la forma de un tiburón y viajaba alrededor del archipiélago combatiendo a todos los otros guardianes de los arrecifes.

Dakuwaqa, un monstruo temerario, fiero y guardian de los arrecifes.

Un día salió para el grupo Lomaiviti y tras irse victorioso de esta área, decidió ir a por Suva. El guardian del arrecife de Suva desafió a Dakuwaqa y ocurrió una gran lucha. La perturbación fue tan grande que hizo que se formaran grandes olas que entrando por la boca del Río Rewa provocaron inundaciones de varias millas en los valles.

Dakuwaqa otra vez salió vencedor y continuó su camino. Cerca de la isla de Beqa su viejo amigo Masilaca, otro dios tiburón, le habló de la gran fuerza de los dioses que protegen la isla de Kadavu y astutamente preguntó a Dakuwaqa si tendría miedo de encontrarlos. Como un tiro Dakuwaqa salió hacia Kadavu y acercándose al arrecife se encontró con un pulpo gigantesco. Tenía cuatro de sus tentáculos bien aferrados al coral y los otros cuatro sostenidos en lo alto. Precipitado con furia, Dakuwaqa pronto se encontró atrapado. Estaba siendo exprimido a muerte por el pulpo, que había enrollado sus tentáculos alrededor de él. Al darse cuenta del peligro, Dakuwaqa imploró compasión y le dijo al pulpo que a cambio él nunca atacaría a nadie de Kadavu en cualquier parte donde ellos pudieran estar.

Moneda representativa de la lucha entre Dakuwaqa y El Dios Pulpo en Kadavu

El pulpo lo liberó y Dakuwaqa mantuvo su promesa. Es por eso que la gente de Kadavu no les teme a los tiburones cuando salen a nadar.

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